martes, 31 de mayo de 2011

'Inside Job' vs. 'Overdose: The Next Financial Crisis'


El documental Inside Job, que pretende analizar las causas y buscar a los responsables de la actual crisis financiera, amén de obtener el Oscar 2010, ha recibido multitud de elogiosas críticas.

Con ánimo de llevar la contraria, voy a destacar alguna de las negativas, de las que destrozan el aparentemente impecable edificio teórico elaborado por Charles Ferguson...


-'Outside Job'. Por Carlos Rodríguez Braun. Expansión


-'Banca y política'. Por CRB. Expansión


-Inside Job: A Look at the Heart of the Left. Por Jeffrey Tucker. Mises Economics Blog.


Existe un documental mucho más breve, de unos 46 minutos, y que aborda el mismo asunto que el anterior. Se trata de Overdose. The Next Financial Crisis. Dirigido por Martin Borgs, y con guión de Johan Norberg y el propio Borgs, su análisis es mucho más certero y sus conclusiones aun más inquietantes, si cabe, que en el caso de 'Inside Job'.

Véanlos y juzguen.

lunes, 30 de mayo de 2011

Artículos contra la 'Ley Mordaza'.

A propósito de la llamada Ley para la igualdad de trato y la no discriminación, nos dice José Carlos Rodríguez que no es "capaz de identificar una sola norma desde el final de la Guerra Civil que sea tan totalitaria como la que ha concebido el Gobierno socialista." Y, tristemente, soy de la opinión de que no está exagerando.


Les dejo algunos escritos de denuncia sobre este engendro legal, por si tuvieran a bien difundirlos:


Pajín ataca a la empresa y la propiedad privada con la Ley de Igualdad. Por D. Soriano. LD



También un temprano comunicado del Partido de la Libertad Individual, que detectó el terrorífico trasfondo que oculta esta aparentemente bien intencionada Ley...

No a la llamada ley de igualdad de trato. P-Lib


Por último, y a colación de lo anterior, el profesor Walter Block (en inglés, eso sí) desmonta el mito de la benevolencia de las leyes antidiscriminación...

The Case for Discrimination. Por Walter Block. LewRocwell.com


El socialismo sólo trae ruina y además, valiéndose de un tan pringoso como impostado sentimentalismo político, quiere moldear a su manera nuestro comportamiento, callándonos si fuera preciso. Los ataques a la libertad y a la propiedad, y la obsesión por intentar controlar la Red no cesan en los últimos tiempos. Hay que frenarlos antes de que sea demasiado tarde.

viernes, 27 de mayo de 2011

Artículos sobre Anthony de Jasay.

Ahora que se acerca una nueva edición de LIBERacción, la Feria del Libro Liberal, recuerdo que en el año 2009 le fue concedido el Premio Juan de Mariana a una trayectoria ejemplar en defensa de la libertad a Anthony de Jasay. Bien, es una lástima que las obras de este interesantísimo autor no se encuentren disponibles en castellano. En su día se publicó “El estado. La lógica del poder político” en Alianza Editorial, pero hoy está agotado y no sé de ninguna reedición.

De cualquier forma, les dejo una selección de artículos sobre de Jasay, varios escritos por un reconocido admirador y difusor de su obra, Carlos Rodríguez Braun.


-Anthony de Jasay en España. Por CRB. Expansión.

-Anthony de Jasay en España (II)

-Churchill vs. de Jasay. Por Carlos Rodríguez Braun. Expansión.

-Impulsos igualitarios. Por CRB.. Original en Expansión-PDF

-La antinomia del contractualismo. Revista Libertas 23. Instituto Universitario ESEADE. Por el propio A. de Jasasy.


-Sobre el libro Justice and Its Surroundings:


-
La justicia y sus suburbios. Por María Blanco. Instituto Juan de Mariana.



-El mundo según de Jasay. Por Roderick T. Long.

-Artículo original The World to according to de Jasay. Por Roderick T. Long. Mises Daily.


-Sobre su breve ensayo The Best of the Worst: What Price of Democracy. Library of Economics and Liberty XI-2010, Álvaro Delgado-Gal se muestra discrepante, amén de contar una anécdota sobre un encontronazo entre de Jasay y Karl Popper:

-Esto se pone raro. Por Álvaro Delgado-Gal. ABC



-Entrevista en Liberalismo Online. La original en el Istituto Bruno Leoni.


Para aquellos que quieran leer El Estado en inglés lo pueden hacer aquí, así como una larga serie de artículos en Library of Economics and Liberty.

Y por último, ante la pregunta de si es el gobierno limitado algo posible, varios autores como Randy E. Barnett, Gerald Gaus o el propio de Jasay aportan sus puntos de vista en el Cato Unbound.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Algunas notas adicionales sobre la Ciencia-Ficción Libertaria. Por Jeff Riggenbach.

Traducción del artículo Some Further Notes on Libertarian Science Fiction (Mises.org)


Este ensayo es una aproximación a cuatro escritores, ninguno de los cuales fue libertario, pero cada uno de los cuales escribió algo nuevo en la década de 1960 que hizo una contribución significativa a la tradición libertaria.

El primero de los cuatro fue un escritor de ciencia-ficción, aunque sólo de vez en cuando. Nació hace 94 años, el 25 de febrero de 1917, en los suburbios de Manchester, Inglaterra. Su nombre al nacer fue John Burgess Wilson. Su familia era católica, lo que en ese momento prácticamente garantizaba que sería confirmado en la Iglesia a la edad de siete años. Había, por lo tanto, ya llegado a ser conocido como "Jack Wilson" cuando, a mediados de 1920, fue, como él dice en su autobiografía, “confirmado en el nombre de [San] Anthony." Esto lo convirtió en John Anthony Burgess Wilson desde el momento de su confirmación en adelante y le dio el seudónimo bajo el cual se convertiría en famoso.

Anthony Burgess, o simplemente Burgess, como lo llamaré de ahora en adelante era el hijo de un músico, Joseph Burgess, que pasó de tocar el piano en los cines como acompañamiento de películas mudas a hacerlo en pubs, y finalmente dirigir un local de su propiedad. Joseph terminó en un estanco. Su hijo compartió su amor por la música y quería estudiar música en la Universidad de Manchester, pero no fue aceptado en el programa debido a sus calificaciones mediocres de enseñanza secundaria en física. Entonces se especializó en inglés. Después de la graduación en 1940, pasó seis años en el ejército durante y después de la segunda Guerra Mundial, luego obtuvo un puesto de más seis años como un instructor de literatura en varias escuelas secundarias inglesas.

En el año 1954, Burgess tenía 37 años de edad, y no ganaba

suficiente dinero con la enseñanza en la escuela. Había decidido probar suerte con un par de novelas. Pero cuando uno de los editores a los que había presentado una de estos libros le escribió, pidiéndole que fuera a sus oficinas de Londres para discutir sobre su manuscrito, descubrió que estaba demasiado arruinado para viajar los 75 kilómetros necesarios para llegar a ese requerimiento. Como él mismo dijo en su autobiografía, "yo estaba en deuda con el tendero y con la cuenta del banco al descubierto. No podía permitirse un billete de tren de retorno de Banbury a Londres." Al final, encontró una manera de hacer el viaje, pero su novela fue rechazada, de todos modos, no sólo por la editorial que había solicitado la reunión, sino por todas las editoriales con las que contactó. A la otra novela no le fue mejor.

Por otra parte, el Servicio Colonial Británico le había ofrecido un trabajo como profesor y administrador de educación en Malasia. Aceptó y pasó los siguientes cinco años en el Lejano Oriente. Fue allí donde se convirtió en un escritor publicado y por primera vez se llamó a sí mismo Anthony Burgess. Como escribió años más tarde en su autobiografía: "Cuando publiqué mi primera novela me vi obligado a hacerlo casi disfrazado. Yo era un oficial de la Oficina Colonial en aquel momento, y estaba mal considerado publicar ficción con el propio nombre”. En el momento en que regresó a Inglaterra en 1959, Burgess, contaba 42 años y había publicado no menos de tres novelas bajo su nombre recién asumido.

El problema no era sólo un comienzo tardío en su nueva carrera como novelista, sino también que sus perspectivas no eran especialmente buenas. Justo antes de salir el sudeste de Asia, se había derrumbado en su clase en la isla de Borneo y había sido trasladado a un hospital local, donde se le diagnosticó un tumor cerebral inoperable, le dieron un año de vida.

De vuelta en Londres un par de semanas más tarde, se dedicó a escribir varias novelas para que su esposa pudiera sacar algún provecho tras su muerte. Una de estas novelas fue lo que más tarde describió como "un jeu d'esprit alentado por la necesidad de dinero en tres semanas”. Un jeu d'esprit es, por supuesto, una muestra literaria de ingenio o habilidad, por lo general breve. El título de este particular jeu d'esprit fue “La naranja mecánica”. Fue publicado en 1962, cuando su autor tenía 45 años.

La naranja mecánica es la historia de Alex, un delincuente juvenil londinense en un futuro cercano. Alex falta a la escuela y duerme todo el día, luego sale por la noche para cometer actos de lo que él llama "ultra-violencia" - asaltos y agresiones, violación y asesinatos. Es detenido por las autoridades y sometido a la última tecnología de lavado de cerebro, que le hace incapaz incluso de ser testigo, y mucho menos participar en actos de cualquier tipo de violencia, sin sufrir un malestar extremo y náuseas. Cuando vuelve al mundo exterior de nuevo, no comete más actos de ultra-violencia, pero tampoco es capaz de defenderse cuando es abordado por matones y gamberros que aún no han sido reprogramados, incluyendo algunos de sus propios socios de fechorías de antaño, convirtiéndose en su víctima.

En su desesperación, intenta suicidarse, pero es rescatado por activistas políticos que se están organizando en contra del programa del gobierno para lavarles el cerebro a los criminales violentos. Estos activistas usan a Alex para promover su causa. Crean un escándalo público y se arreglan para llevar a cabo su lavado de cerebro invertido. Inmediatamente retorna a su viejo camino, la ultra-violencia.

La naranja mecánica no es un libro fácil de leer, y no me refiero a causa de la ultra-violencia, que es bastante repugnante, sin duda. Cuando digo que no es fácil de leer me refiero al idioma en que está escrito. Alex cuenta su propia historia en primera persona, hablando directamente al lector. Y el inglés que habla no es el inglés que estamos acostumbrados a oír hablar, el inglés que solemos leer entre las tapas de los libros. Incorpora una jerga adolescente del tiempo de Alex, así como palabras tomadas o adaptadas de Rusia. Su lectura es un poco como la lectura de Shakespeare por primera vez - oscuro al principio, pero usted consigue hacerse a ella cuando lleva 10 o 20 páginas.

Al igual que el inglés isabelino, el inglés de Alex es básicamente inglés moderno, con algunas palabras desconocidas mezcladas. Una vez que haya familiarizado con los nuevos vocablos, estás en casa gratis. Alex no tiene un vocabulario inusualmente grande. A pesar de las dificultades que la novela corta de Burgess plantea para el lector desprevenido, sin embargo, tuvo un éxito considerable en el mercado incluso antes de que la versión cinematográfica de Stanley Kubrick de 1971 hiciera de la historia un hito. Esa misma película hizo de Burgess un hombre rico y forzó su salida de Inglaterra, en primer lugar a Italia, luego a Mónaco. Se vio obligado a partir, es decir, optó por no pagar la alta factura de impuestos que le fueron presentados por las autoridades británicas. Como la mayoría de nosotros, Anthony Burgess, mostró poco entusiasmo por los impuestos.





No conozco ninguna razón para sospechar, sin embargo, que tal oposición a los impuestos, en principio, tuviera ningún significativo sentido libertario. Él había escrito sobre temas no políticos para Inquiry, la revista libertaria de opinión publicada en la década de 1970 y principios de 1980, primero por el Instituto Cato, y luego por la Libertarian Review Foundation. Pero eso parece haber sido todo el alcance de su conexión con el movimiento libertario. Por otra parte, su libro más famoso es sin lugar a dudas una expresión libertaria. Como Burgess mismo lo dijera casi 25 años después de la publicación original de La naranja mecánica:

“Un ser humano está dotado de libre albedrío. Se puede usar esto para elegir entre el bien y el mal. Si sólo se puede realizar el bien o sólo realizar el mal, entonces es un naranja mecánica - lo que significa que tiene la apariencia de un organismo encantador con color y zumo, pero en realidad es sólo un juguete de cuerda para ser moldeado por Dios o el Diablo, o el Estado todopoderoso."

La naranja mecánica se pretendía, en parte, como entretenimiento de una clase, reconoció Burgess. "Pero", escribió, "el libro es también una lección moral, y es sobre el alejamiento de la importancia fundamental de la elección moral." Alex pierde su propio poder de elección moral, a causa de la tecnología de lavado de cerebro, pero la novela no es en realidad acerca de los peligros de lavado de cerebro. En un nivel simbólico más abstracto, se trata de cualquier otro método que el Estado utilice para limitar o impedir el derecho del individuo a elegir. The Libertarian Futurist Society fue al corazón del asunto cuando, en 2008, presentó en su Prometheus Hall of Fame Award de obras clásicas de ficción libertaria “La naranja mecánica”.

Ningún reconocimiento comparable ha sido otorgado por cualquier institución libertaria que conozca para el escritor estadounidense Philip K. Dick. Sin embargo, en muchos sentidos, Dick es bastante comparable a Burgess. Al igual que Burgess no le dio a nadie ninguna razón para pensar que era un libertario. Al igual que Burgess, enterró todas las pruebas en su ficción. La gran diferencia entre los dos escritores es que mientras Burgess escribió una novela sin lugar a dudas libertaria y nada más que fuera ni remotamente libertario, Dick dispersó sus propias inclinaciones libertarias igualmente inconfundibles en tal vez hasta una docena de novelas publicadas durante la década de 1960-70.

La mayor parte de las más conocidas de las novelas de Dick, como la mayoría de las novelas de Anthony Burgess, no se preocupan de la política en absoluto. Cualquier rastro de libertarismo que pueda hallarse en novelas como El hombre en el castillo o Ubik estaría muy en el fondo, el primer plano de las novelas más conocidas de Dick se llena más con problemas psicológicos o metafísicos o epistemológicos que con los políticos.

Pero durante la década de 1960, Dick escribió algunas de ciencia ficción más explícitamente políticas. Pensemos, por ejemplo, en La pistola de rayos (The Zap Gun) , publicada por primera vez en 1967, en que se divide la sociedad norteamericana en dos clases, la "pursaps”, que creen que el gobierno federal de los Estados Unidos está protegiéndolos de amenazas a través del diseño y la construcción de cada vez más grandes y más temibles sistemas de armas, y los "cogs”, que entienden - es decir, son conscientes de - la verdad, y es que ninguna de estas armas tan poderosas están siendo usadas, excepto en las simulaciones filmadas. La dos grandes potencias participan en el fraude, que se perpetra con el fin de sostener una permanente economía de Guerra Fría.

O pensad en La penúltima verdad (The Penultimate Truth) , de tres años antes, en 1964. En esta novela, la mayoría de la población de la Tierra vive bajo el suelo, escondiéndose de una guerra termonuclear que creen se está librando en la superficie, dicha guerra la estarían llevando a cabo robots hechos en fábricas subterráneas. De hecho, no hay guerra. Es una ficción mantenida por una pequeña elite que vive en la superficie del planeta en espléndidas edificaciones y se dedica principalmente al placer personal. Para asegurarse de que todo continúe igual, los miembros de la élite también dedicar algún tiempo a la programación de un político androide que llaman Yancy, Yancy mantiene a las masas subterráneas tan alerta como mal informadas. Su tarea no es tan difícil, por supuesto, porque, como Douglas A. Mackey dice en su libro de 1988 sobre la vida y obra de Dick, “ellos quieren ser engañados; no pueden aceptar la verdad y los líderes les dan lo que ellos quieren: la ilusión de que la guerra es necesaria e inevitable ".


Mackey también toma nota de que Joe Fernwright, el personaje principal de Galactic Pot-Healer, publicado por primera vez en 1969, vive en el principio de la novela "en una distopía en la que la policía llega a detener a la gente por caminar muy lentamente, todas las llamadas telefónicas son supervisadas y todo el mundo está programado para tener un sueño en común todas las noches. " Mackey llama a esta sociedad "la negación Comunista más extrema de la conciencia personal".

Philip K. Dick nació en Chicago el 16 de diciembre de 1928, hijo de un burócrata federal. Se crió en la Ciudad de Windy City, en Washington, DC, y en la bahía de San Francisco, donde su madre lo llevó a vivir después de que ella y su esposo se divorciaron. Dick se graduó de la Berkeley High School en 1947 y se matriculó en la Universidad de California, pero lo dejó muy rápidamente cuando descubrió que todos los estudiantes varones en la universidad tenían que tomar ROTC.

Había desarrollado un interés por la música clásica cuando era muy joven y en el tiempo que estuvo en la escuela secundaria se había convertido en una autoridad en la materia. Trabajó en tiendas de discos hasta que, en 1952, a la edad de 23 años, habiendo publicado algunas historias cortas en revistas pulp de ciencia ficción, decidió probar suerte en la escritura a tiempo completo. Él escribió durante los siguientes 30 años, publicando 36 novelas, 121 cuentos cortos, y 14 colecciones de cuentos durante esas tres décadas. Murió de un derrame cerebral hace 29 años, el 2 de marzo de 1982, en Santa Ana, California. Tenía 53 años de edad.

He mencionado tres de las novelas de Dick en la década de 1960 que me parece que incluyen actitudes e ideas libertarias. Considere la posibilidad de una cuarta. The Simulacra fue publicada en 1964. Es probablemente la novela más explícitamente política que Dick escribió. Representa un futuro de Estados Unidos fusionado con Europa y gobernada por un Estado de Partido Único, a su vez controlada por un consejo formado por los propietarios y directores de un grupo de gigantes cárteles comerciales. Hay una elección cada cuatro años, pero el candidato ganador siempre es un simulacro, una muñeca animada de tamaño natural, un androide, completamente bajo el control del consejo.

A juzgar por los informes en los medios de comunicación, el poder real en el USEA - los Estados Unidos de Europa y América - es ejercido por la primera dama, Nicole Thibodeaux, que siempre sigue siendo la primera dama, independientemente de "quién" puede ser "elegido" cada cuatro años. Pero, de hecho, Nicole es sólo el último de una larga serie de actrices que han jugado esta parte en los medios nacionales, ayudando a los cárteles para mantener seguro el engaño ante los ojos de la ciudadanía.

En resumen, The Simulacra, como otras novelas de Philip K. Dick, retrata un mundo en el cual el gobierno es diabólico, hipócrita, y se empeña en ocultar la verdad a el público. O, como Douglas Mackey dice, en el mundo de las novelas Philip K. Dick, la política consiste en que “la manera en que parece estructurada la sociedad es un completo fraude, con manipulación de los medios... y una ocultación sistemática de los verdaderos centros de poder." Me parece que podríamos tomar algunas más que valiosas lecciones libertarias de la lectura de Dick. Ayn Rand ha sido llamada la droga de entrada para aquellos que están destinados a convertirse en adictos al liberalismo. Pero me parece que las novelas más explícitamente políticas de Philip K. Dick podrían servir el mismo propósito.

Y así como la gran novela libertaria de Ayn Rand La rebelión de Atlas presenta un cuadro extraordinariamente preciso de las políticas fascistas efectivamente perseguidas por el gobierno de EE.UU., la ficción libertaria o cuasi libertaria de Dick presenta un cuadro extraordinariamente preciso de la verdadera naturaleza del gobierno y los medios de comunicación en la sociedad estadounidense. Cualquiera que dude de esto debe consultar un par de libros de no ficción publicada en los años 1960 - libros escritos en torno al mismo tiempo en que Dick estaba escribiendo sus novelas.

El primero de estos dos libros es Who Rules America? (de G. William Domhoff), profesor de Psicología y Sociología en la Universidad de California en Santa Cruz. ¿Quién gobierna los Estados Unidos? fue publicado originalmente en 1967, cuando su autor tenía 30 años. Aunque Domhoff no era y no es un libertario, su libro tuvo un gran impacto en un número de personas que se involucraron en dicho movimiento durante la década de 1960 y primeros 70.

Lo mismo hizo el segundo libro de no ficción que tengo en mente Tragedy and Hope: A History of the World in Our Time por Carroll Quigley, un historiador estadounidense, con un doctorado en Harvard. Enseñó en las de Princeton y Harvard antes de pasar los últimos 35 años de su vida en la Georgetown University School of Foreign Service de Washington. En efecto, el libro de Quigley, que fue publicado por primera vez en 1966, proporciona los antecedentes históricos de la elite gobernante.

El libro de Quigley también explica por qué el gobierno federal de los Estados Unidos de Europa y América en la novela de Philip K. Dick The Simulacra es un Estado de Partido Único - y por qué aquellos que todavía creen a estas alturas que no hay ninguna diferencia significativa entre los republicanos y los demócratas se dejan llevar por la fantasía infantil. Como Quigley dijo:


"El argumento de que las dos partes deben representar los ideales y las políticas en oposición, uno, tal vez, de la derecha y la otra de la izquierda, es una idea tonta aceptable sólo por los doctrinarios y pensadores académicos. En cambio, las dos partes deberían ser casi idénticas, de modo que el pueblo estadounidense puede "echar a los bribones" en cualquier elección sin llegar a cualquier cambio profundo o extremo en la política. ... Cualquiera de las partes en la oficina se convierte al poco tiempo en corrupta, aburrida, poco emprendedora, falta de vigor. A continuación, debería ser posible reemplazarlo, cada cuatro años si es necesario, por la otra parte, que no será ninguna de estas cosas, pero seguirá persiguiendo, con igual afán, aproximadamente las mismas políticas básicas."

No, Quigley no era un libertario tampoco, sólo creía que las actividades de esta clase gobernante debe salir al aire libre, en lugar de ocultarse. Sin embargo, su libro ha ejercido una gran influencia sobre los libertarios, al igual que el libro de G. William Domhoff, y por las mismas razones.