miércoles, 21 de noviembre de 2007

LA NOCHE DEL CAZADOR

Si me preguntaran sobre mis personajes favoritos de la historia del cine, no dudaría en nombrar a Harry Powell, al que dio vida Robert Mitchum en la inolvidable película La noche del cazador (1955). Esta fue la primera y la última vez que su director Charles Laughton se puso detrás de una cámara. Y lo primero a destacar es que se trata de un cuento, donde hay un ogro y unos niños.
Un hombre, que ha asesinado a dos personas en el atraco a un banco, es condenado a la horca. Deja viuda y dos niños. Antes de ser detenido confía un secreto a sus vástagos.
Tras la ejecución, la madre comienza a trabajar en una tienda de golosinas a las órdenes de un beato matrimonio. Es precisamente la jefa quien le aconseja que, siendo una mujer joven y con dos hijos a su cargo, busque un marido.
En esto llega el tren al pueblo y con él un predicador alto y apuesto que parece el candidato idóneo para acompañar a la recién enviudada.
Este film parecerá a muchos ingenuo porque ya desde un principio se nos desvela la verdadera faz del malo de la película, por las persecuciones en las que Mitchum avanza como si de un robótico monstruo se tratara o por la inocencia de algunos de los personajes. Pero al igual que en los relatos bíblicos que se cuentan durante la película, se trata la eterna lucha entre el bien y el mal (absoluto, despiadado) que ha alimentado la literatura y el cine desde siempre. Es otra parábola.

Las invocaciones a Dios del predicador Powell y sus teatrales e histriónicos sermones no dejan de ser un regodeo en la pura malignidad, la de este licántropo sin la menor sombra de duda o arrepentimiento, incansable en su porfía (en un momento de la película el niño se pregunta: ¿es que él no duerme nunca?) e incluso con sentido del humor.
El mundo infantil se nos presenta con muchos matices (y esto me recuerda a Matar a un ruiseñor), desde la crueldad terrible de un niño que dibuja un hombre ahorcado en una pared hasta la entereza y el heroísmo del hermano mayor defendiendo a su hermana y el secreto que juro guardar a su padre.
Hay muchos detalles que enriquecen La noche del cazador: la naturaleza como protagonista, el viaje-huida por el río que nos recuerda los libros del gran Mark Twain, el uso expresionista (magnífico, ¡esas sombras!) de la luz, el homenaje al cine mudo y artesanal, la descripción de la sociedad norteamericana (la importancia de las armas como única defensa ante las agresiones o la religiosidad).

Si en M, el vampiro de Düsseldorf (Fritz Lang, 1931) el infanticida silbaba una melodía cuando divisaba a una posible víctima, aquí el entrañable predicador canta siempre la misma canción, “Leaning on the Everlasting Arm”, cuando se acerca a sus presas.
Robert Mitchum está inmenso en su papel de predicador que siente repugnancia por las mujeres pero que las usa en su beneficio. En 1962 se estrenó El cabo del terror donde volvería a interpretar con maestría a otro siniestro personaje: Max Cady.
Cabe lamentar que Charles Laughton no dirigiera más, nos podía haber dado muchas alegrías.
Para terminar recordar las palabras de advertencia con que da comienzo la película:

Desconfiad de los falsos profetas que se cubren con pieles de cordero pero que en su interior son fieros como lobos, por sus frutos los conoceréis.


PD. Aparecen las manos más famosas de la historia del cine (tatuadas en los nudillos las palabras Love/Hate) junto a las de Orlac.


Francoise Truffaut le dijo a Alfred Hichtcock a propósito de La noche del cazador: "...había allí una buena idea, que se me ha ocurrido a menudo pensando en sus películas. El personaje interpretado por Robert Mitchum era predicador de una secta muy especial e inquietante; sus sermones consistían en un combate entre sus dos manos: en su mano derecha había escrito Bien, y en la izquierda Mal. Era muy satisfactorio, pues ambas manos luchaban de una manera patética. Era el combate entre el Bien y el Mal, resuelto de una manera extremadamente simplificada...".

sábado, 17 de noviembre de 2007

Baltimore Sun.

Una alegre canción para comenzar el sábado: Baltimore Sun del magnífico grupo The Jayhawks. Les recomiendo que escuchen sus discos Hollywood Town Hall (1992), Tomorrow the Green Grass (1995) y Rainy Day Music (2003).




In the Baltimore daily newspaper
Miracles really happen that way
Now you know me much better than any
And that is why I can call you my friend
Call you my friend
In all the time that I've known you
Never knowing that I let you down
In the tide of desperation you stumbled
With nothing to show but these empty arms
Empty arms
The way I'm living now
I might as well leave for Baltimore
And the sun keeps shining on son
In all the time that I've known you
Never knowing that I let you down
In the tide of desperation you stumbled
With nothing to show but these empty arms
Empty arms
The way I'm living now
I might as well leave for Baltimore
And the sun keeps shining on son
The way I'm living now
I might as well leave for Baltimore
And the sun keeps shining on son
In the Baltimore daily newspaper
Miracles really happen that way
Now you know me much better than any
And that is why I can call you my friend
Call you my friend
Call you my friend

viernes, 16 de noviembre de 2007

DRUGSTORE COWBOY (1989)


Aunque Last Days, la última película que he visto de Gus Van Sant, me pareció insoportable (no así, por ejemplo, a Santiago Navajas) recuerdo con cariño una que estrenó en el año 1989.

Se trata de Drugstore Cowboy y en ella se narran las peripecias de un grupo de drogadictos liderados por Bob (Mat Dillon).
La acción transcurre a principios de los 70 entre atracos a farmacias para abastecerse de drogas y trapicheos varios.
La policía les sigue los pasos dado el amplio historial de robos y detenciones de Bob y su esposa Dianne (la guapa Kelly Lynch), así que deben esconder lo robado después de cada golpe no sea que les arruine la fiesta un registro inesperado.
El grupo protagonista está formado además de Bob y Dianne por otra pareja: Rick, mano derecha de Bob y Nadine, la más joven, inexperta y frágil de los cuatro.En su batalla por conseguir mantener su actividad delictiva sin ser descubiertos tienen algún que otro tropiezo. En un momento dado descubren que están siendo vigilados por la noche; entonces Bob idea un plan para escarmentar a los agentes. El resultado, inesperado, trae como consecuencia un tiroteo y un policía malherido.




Pero los problemas no hacen sino aumentar hasta que se produce un trágico acontecimiento.
Es en ese momento cuando Bob, presa del pánico, se intenta alejar del peligroso mundo por el que ha deambulado desde su adolescencia. Esta parte de la película es la vuelta a la realidad del supersticioso Bob, la desintoxicación, el trabajo en una fábrica, la vida en una habitación de un hotelucho de mala muerte y...Un encuentro.



El padre Tom (William Burroughs) es un sacerdote anciano y también drogadicto que ha ido a parar al mismo lugar que Bob.
Juntos dan paseos y recuerdan los viejos tiempos de cuando Bob era monaguillo y conoció al desprendido padre Tom.

El benevolente padre Murphy, el junkie más importante de toda la costa. Cuando tenía algo lo compartía con los que no teníamos. Era muy generoso. Tom era el rey. Estaba a salvo en esta vida y en la otra también. Llevaría ya metido más de un millón de dólares.

La nueva y rutinaria vida, aun con sus dificultades, parece que no le va mal del todo a Bob, pero deberá hacer frente a los fantasmas del pasado.
Nuevas y violentas generaciones de junkies lo llevarán finalmente a la mayor farmacia de la ciudad, aunque no de la manera que él habría pensado.
En fin, un gran film, veraz y con una actuación soberbia de Matt Dillon, una original y bonita fotografía y la aparición estelar de William Burroughs haciendo, casi, de sí mismo.


Abajo, William Burroughs.

sábado, 10 de noviembre de 2007

GUNSLINGER MAN

¿Han escuchado al grupo The Long Ryders? Si la respuesta es negativa valga como ejemplo la canción Gunslinger Man de su disco Two Fisted Taled (1987):





Well he came into town with
His gun on his hips
Fortified at night by some little pink slips
Silver Smith and Wesson with a
Pearl handled butt
Cut polished shinin' from his hand to the nut
Don't you know he's a gunslinger man
'N' he does the best that he can
But you know he's a gunslinger man
'N' he won the West with his hand
He used to be feared for the length of his gun
Today he's known for the strength of his tongue
In Poinsettia Park with Russian immigrants
Hard as they work they're never heaven sent
Don't you know he's a gunslinger man
'N' he does the best that he can
But you know he's a gunslinger man
'N' he won the West with his hand
Eight lines or worse, ten maids awaitin'
He's thinking so loud that his teeth are grating
False idols calling from his dusk to his dawn
Got his daddy wonderin' what the hell he is on
You'd see it in his eyes, see it in his verse
Minute 'n' a half short of a ride in a hearse
He needs no badges to identify him
He's the owner/operator of original sin
Don't you know he's a gunslinger man
'N' he does the best that he can
But you know he's a gunslinger man
'N' he won the West with his hand

viernes, 9 de noviembre de 2007

Oda a la calabaza.

AMERICAN GIRL

Una canción para empezar la mañana con buen pie:
American Girl del primer disco de Tom Petty and the Heartbreakers (1976).


Well she was an American girl
Raised on promises
She couldn't help thinkin'
That there was a little more to life somewhere else
After all it was a great big world
With lots of places to run to
And if she had to die tryin'
She had one little promise she was gonna keep

Oh yeah, all right
Take it easy, baby
Make it last all night
She was an American girl

Well it was kinda cold that night
She stood alone on her balcony
Yeah, she could hear the cars roll by
Out on 441 like waves crashin' on the beach
And for one desperate moment
There he crept back in her memory
God it's so painful when something that's so close
Is still so far out of reach

Oh yeah, all right
Take it easy, baby
Make it last all night
She was an American girl


PD. Si os gusta Tom Petty ha salido un documental dirigido por Peter Bogdanovich (Runnin' Down a Dream) con motivo del 30 aniversario de la banda:

Tom Petty y Peter Bogdanovich.

martes, 6 de noviembre de 2007

EL CEBO (1958)

Por mucho cine de terror que hayamos visto, sea de venganzas más allá de la muerte, espectros que acechan o bestias sanguinarias venidas de vete tú a saber dónde, los monstruos que realmente dan miedo son los humanos, demasiado humanos que diría el filósofo.
El de esta historia juega con la baza de que, como tantos otros, pasa desapercibido en su entorno.
Como glorioso antecedente de la película que nos ocupa podemos destacar M, el vampiro de Dusseldorf.
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Aquí cambiamos Alemania por Suiza y la ciudad del vampiro antes citado por el bosque. Un bosque donde aparece una niña asesinada. La policía considera culpable al hombre (un viejo vendedor ambulante) que alerta a las autoridades tras hallar el cadáver.
El encargado de la investigación se enfrenta a este caso justo en su último día de servicio, pues le aguarda un puesto en otro país. Está convencido de la inocencia del vendedor (otro Falso culpable) y, en un arrebato, decide no viajar a su nuevo destino -incumpliendo el contrato- e investigar por su cuenta.
El inspector debe mentir y, arriesgando quizá demasiado, usar un nada ortodoxo método para intentar encontrar al infanticida. Tal es su obsesión por descubrir al autor del crimen.


El director de esta coproducción de 1958 es Ladislao Vajda y hay que destacar su realismo. No falta tensión y la trama nos es servida de una manera agilísima.
La imaginación infantil (gigantes, erizos, magos) pone en juego la perspicacia del minucioso detective protagonista.
El libro en el que se basó la película es de Friedrich Dürrenmatt.
En el año 2001 se realizó una adaptación dirigida por Sean Penn y protagonizada por Jack Nicholson.

Véanla y ya me contarán.