viernes, 26 de octubre de 2007

Los Simpsons y el cine dentro del cine.
















Cualquier aficionado a los Simpsons sabe de la enorme cantidad de homenajes al cine que nos hemos encontrado en sus muchos capítulos: He hallado una página dedicada a la serie donde se ha hecho un gran trabajo de recopilación de esos guiños cinéfilos.
Me permito añadir un par de ellos:
En un episodio Homer, Ned Flanders y el actor Ernest Borgnine (arriba) se van con los niños de excursión y deciden echarse al río en un par de lanchas. Los dos grupos se pierden y mientras el capitaneado por Borgnine avanza temeroso vemos las silueta de un hombre armado a un lado de la orilla, justo entonces se escucha a alguien tocar un banjo...los que hayan visto Defensa (Deliverance, 1972) de John Boorman recordarán el duelo guitarra- banjo entre uno de los protagonistas y un niño. También a los violentos rednecks con quienes tienen la desgracia de topar Burt Reynolds y John Voight en su aventura por el río.



En la maravillosa película de John Huston El Tesoro de Sierra Madre (1948), tres hombres van en busca de oro, pero el terror que les produce la posibilidad de que alguno de los socios robe la parte correspondiente a los demás hace imposible conciliar el sueño. En el caso de los Simpsons, Homer y el señor Burns se quedan atrapados en una cabaña debido a un alud de nieve. Hay un momento en que ambos, presos de la paranoia, empiezan a escrutarse con la mirada igual que lo hacían Humphrey Bogart y Tim Holt (intentando no dormirse) en la película de Huston.
Dejemos la serie de Matt Groening y vayamos a otros guiños que me vienen, a bote pronto, a la memoria. Martin Scorsese siempre ha considerado que Centauros del desierto (The Searchers, 1956) es la mejor película americana de todos los tiempos, ese fue el motivo de que en sus Malas Calles (Mean Streets,1973) los mafiosos entren en un cine donde la proyectan.

En 1978 John Carpenter presentó Halloween.
A la vez que el serial-killer acecha en la calle, las posibles víctimas ven en la TV El enigma de otro mundo (The Thing from Another World, 1951). Años más tarde Carpenter realizaría un estupendo remake titulado La cosa (The Thing, 1982).
Una de las mejores películas de este año es Zodiac de David Fincher. Esta trata de el asesino del zodiaco, que aterrorizó San Francisco en su día, y del seguimiento del caso tanto por la prensa como por la policía.
En un momento de la película uno de los detectives aparece en el cine viendo Harry el Sucio (Dirty Harry, 1971), que también tuvo como inspiración los hechos del psicópata astral.
En el cine español tenemos, por ejemplo, El espíritu de la colmena (1973) de Víctor Erice: en el año 1940, en un pequeño pueblo, proyectan El doctor Frankestein (1931) de James Whale. Entre el público se encuentran dos niñas hermanas, a la más pequeña le causa gran impresión el monstruo protagonista y no deja de pensar en él.
Joe Dante llevó a sus Gremlins (1984) al cine para que disfrutaran de Blancanieves y los siete enanitos (1937).
En Cadena Perpetua (The Shawshank Redemption, 1994) los presos se quedan boquiabiertos ante la Rita Hayworth de Gilda (Charles Vidor, 1946).
Otro día seguiré con más ejemplos de cine dentro del cine.


THE DAWN OF MAN 2001: una odisea del espacio, 1968.






El espíritu de la colmena, 1973.











El tesoro de Sierra Madre, 1948.

martes, 23 de octubre de 2007

La invasión 50 años después.


Hace poco le dediqué unas palabras a la magnífica película La invasión de los ladrones de cuerpos, de la que ya hubo una notable versión en 1978 (existe también una revisión de Abel Ferrara en 1993 que no he visto).
Acabo de ver anunciado en TV otro remake de este clásico, dirigido por Oliver Hirschbiegel y protagonizado por Nicole Kidman y Daniel Craig.
El título de esta nueva vuelta al libro de Jack Finney es The Invasión, no se han quebrado la cabeza.
Ya les contaré que me parece, aunque me sorprendería que se acercara al gran nivel de la original.

jueves, 18 de octubre de 2007

El cero y el infinito.

No, no voy a hablar del libro de Arthur Koestler sino de una vieja película, como les prometí hace poco.
Si la ven entenderán el título de esta reseña.
El increíble hombre menguante (1957), dirigida por Jack Arnold, cuenta la asombrosa historia de Scott Carey.
Scott y su esposa Louise disfrutan de unas vacaciones tomando el sol en la cubierta de un yate. Mientras Louise está buscando unas cervezas en el interior de la embarcación, una nube radiactiva atraviesa el mar y cubre por completo a nuestro protagonista.
Meses después Scott descubre que la ropa le queda excesivamente grande; al principio la mujer le quita importancia. Pero la situación prosigue y deciden ir al médico. Éste, tras una serie de radiografías comparadas, les confirma algo nunca antes visto:
Señor Carey: Usted es el primer caso de hombre menguante del que la ciencia tiene noticia.
Tras la perplejidad, el doctor les aconseja que visiten el Centro de Investigación Médica de California, donde quizá puedan hallar una explicación a tan extraordinario fenómeno.
Después de someterle a numerosas pruebas encuentran restos de un pesticida en su cuerpo, aunque eso por sí sólo no da respuesta a su progresiva disminución de tamaño. Entonces le preguntan si ha tenido algún contacto con material radiactivo. Scott lo niega pero su mujer cae en la cuenta del episodio acaecido en el mar, el de la nube tóxica.
El asunto es desesperante porque la jibarización de Scott no encuentra freno y los galenos no saben como tratarla. Esta situación kafkiana se va haciendo más y más terrible.
La película, cuyo título les habrá hecho reír, es un perfecto ejemplo de como con un ínfimo presupuesto se puede lograr una obra maestra si se aunan imaginación y talento.
Basada en la novela de Richard Matheson The Shrinking Man, es el propio Matheson el que se encarga de adaptarla.
El hogar se convierte en una pesadilla para Scott, al que acechan los más inesperados peligros.
Nuestro desdichado amigo va a parar a un lugar horrible, donde vibramos con su apasionada lucha por conservar la vida, cada vez más diminuto, más indefenso.
Los pensamientos de Scott al final de la película, entre lo lírico y la metafísica, son estremecedores y de una profundidad mayor que la de todo el cine intelectual europeo de los últimos años.
Me pregunto si no sería la visión de The Incredible Shrinking Man lo que empujó a Rachel Carson a su funesta lucha contra el DDT.
Una advertencia: Si ustedes padecen de fobia a las arañas, ¡absténganse de ver la película!. Repito, no la vean; a no ser como terapia de choque aconsejada por su psiquiatra.


En la imagen de abajo, Laurie (Randy Stuart) y Scott Carey (Grant Williams).

lunes, 8 de octubre de 2007

Han llegado los extraterrestres.

Escuchen con atención las declaraciones de Alfredo Monteseirín, alcalde de Sevilla:

Interesantes, ¿verdad?
¿Procede este hombre de Ganimedes?
¿Es acaso un sabio y nosotros unos zotes por no enterarnos de lo que dice?
¿Son tan necesarios los astronautas como nos quiere hacer creer?
¿Es tan solo un adepto más a la religión del Maestro?



Hago desde aquí una petición:

Lleven a este hombre a TV para que nos explique con detenimiento sus revolucionarias teorías.

viernes, 5 de octubre de 2007

I Surrender


Les presento una de las canciones más pegadizas que conozco:




I surrender to your heart babe
do anything that you want me to do
please be tender I'm in your hands girl
this is a feeling I never knew
you know I tried to make it on my own
that's not the way it was meant to be
spend my time waiting by the phone
oh darling come back to me
I surrender, I surrender
I'm giving up the role of pretender
oh be tender, girl be tender
can't you feel the love that I send you
I surrender.
I remember, seems like a lifetime
can't believe it's a matter of days
since you left me, I'm near to heartbreak
I want you so bad don't turn away
what does it take to stay by my side
you know I'll do what you want me to
don't take away this feeling inside
I'm still in love with you
I surrender, I surrender
I'm giving up the role of pretender
I remember, I remember
can't you feel the love that I send you
I surrender.

jueves, 4 de octubre de 2007

Era Vulgaris.

Entre los ilustres lectores de este blog hay varios seguidores de Kyuss, uno de los mejores grupos de rock de los 90.
Sus discos Blues for the Red Sun y Welcome to Sky Valley son una maravilla.















Sabrán que de las cenizas de los extintos Kyuss surgieron varios grupos, siendo el más destacado Queens of the Stone Age. Les recomiendo su postrer disco Era Vulgaris (de lo mejor que he escuchado en los últimos meses), y les dejo unos enlaces con dos de sus canciones:
El vídeo 3's & 7's es un homenaje a las películas de Russ Meyer, de actualidad debido a la última de Tarantino Death Proof, que tanto ha gustado a mi amigo Stanley.
Aquí el contundente primer single Sick Sick Sick.

Abajo, cartel de la película Faster, Pussycat! Kill! Kill! de Russ Meyer.